“Dios mío, cumplir tu voluntad es mi más grande alegría; ¡tus enseñanzas las llevo muy dentro de mí!” Salmos 40:8
Hay momentos en nuestra vida en donde necesitamos hacer un alto, en donde es primordial reflexionar sobre lo que estamos haciendo para estar cien por cien seguros que eso es de Dios.
Muchas veces nos dejamos llevar por nuestras emociones, creyendo que lo que sentimos emocionalmente es lo que el Espíritu Santo nos está guiando a hacer, cuando en muchas ocasiones estamos anteponiendo nuestras emociones a la verdadera voluntad de Dios.
Es bueno hacer un alto en la vida y preguntarle al Señor: “Dios mío, ¿Te agrada lo que estoy haciendo o lo que voy a hacer?”. Y es que no podemos ir por la vida haciendo lo que nosotros creemos correcto, antes de lo que Dios quiere en realidad que hagamos.
Y es que aunque muchas veces parezca que lo que Dios te está mandando a hacer es ilógico, tienes que hacerlo, porque en medio de lo que para ti es ilógico, Dios te mostrara que en sus planes era lo más lógico hacer.
A veces somos conscientes que lo que estamos haciendo es incorrecto, pero por alguna extraña razón no hacemos nada por cambiar eso que muy bien sabemos que tenemos que cambiar.
Y es que pareciera que somos unos especialistas para hacer lo contrario a lo que Dios quiere que hagamos. Y al reflexionar sobre esto a mi mente viene la figura de un Jonás, aquel hombre que Dios designo para llevar un mensaje a una ciudad muy difícil como lo era Nínive, pero este hombre no se atrevió a hacer lo que Dios quería que hiciera, a lo mejor temía por su vida porque la gente de Nínive era muy mala, por lo tanto decidió ir al lado contrario, partiendo hacia Tarsis.
No permitas que en el barco que vas hacia el otro lado de la voluntad de Dios sufra una tormenta tan fuerte que para calmarla te tendrán que tirar a la mar, porque luego vendrá un gran pez que te tragara y que tu estancia dentro de él será desagradable, para que por ultimo te vomite y vayas en pos de la voluntad de Dios, que muy bien pudiste hacer desde un principio sin la necesidad de haber pasado por todos esos episodios difíciles en tu vida. (Leer Jonás Cap.1 al 3)
Hoy es un buen día en donde podemos reflexionar acerca de lo que estamos haciendo, preguntarle al Señor si El esta agradado de lo que estamos haciendo o de lo que pensamos hacer y si realmente sabemos que a Él no le agrada, ¿Qué esperas para comenzarlo a agradar?
No hay nada mejor que estar en paz con Dios, no hay nada mejor que tratar de agradarlo, aunque nos cueste mucho, aunque nuestra naturaleza humana quisiera lo contrario, mas sin embargo el hecho de agradar a Dios nos traerá resultados hermosos y bendiciones especiales.
¡Examina bien tu vida y vive cada día con el único objetivo de agradar al Señor!
Autor: Enrique Monterroza
No hay comentarios:
Publicar un comentario