sábado, 29 de marzo de 2014

Ignorando a Dios

Ignorando a Dios¿Por qué será que se nos hace tan fácil ignorar a Dios?
Según el diccionario de la lengua española ignorar tiene como definición: “No saber algo, o no tener noticia de ello”.
Pero también tiene como segunda definición: “No hacer caso de algo o de alguien” y a esta definición en especial me quiero referir.
No podemos ir por la vida ignorando a Dios, ignorando su voz en nuestra vida, porque si bien es cierto no escuchamos audiblemente su voz, Él nos habla a nuestro corazón, a nuestra mente, por diferentes medios, sucesos, experiencias o situaciones de la vida cotidiana, pero a veces nos empecinamos tanto en ignorar su voz a pesar de que sabemos que Él está insistiendo a nuestra vidas.
¿Hay algo que Dios te ha estado hablando los últimos días?, ¿Dios ha estado hablando a tu corazón?, ¿Has sentido que Dios quiere que hagas algo pero aún no lo has hecho?
A veces pasamos más de media vida tratando de ignorar a Dios, no haciendo caso a lo que Él quiere para nuestra vida, haciendo lo que nosotros creemos que tenemos que hacer y no lo que Dios está insistiendo en que hagamos.
Por más que queramos, no podemos vivir ignorando a Dios, por más que lo intentemos no lo vamos a lograr y mientras insistamos en ignorarlo no podremos ver los resultados que quisiéramos ver en nuestra vida.
En la Biblia encontramos personajes que ignoraron a Dios y a su mandato, desde el inicio de la creación vemos al hombre ignorando a Dios, por ejemplo:
Dios le ordena a Adán que no comieran del árbol del conocimiento del bien y el mal: “Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás” Génesis 2:16-17 (Reina-Valera 1960), sin embargo Eva termina comiéndolo y dando a Adán para que también comiera y ambos lo hicieron ignorando de esta manera lo que Dios había dicho anticipadamente. ¿Quería algo malo Dios para el hombre? ¡No!, y es que cuando Dios ordena algo no lo hace con el fin de fastidiarnos la vida, lo hace porque quiere guardarnos, protegernos, cuidarnos, sin embargo nosotros muchas veces lo ignoramos.
Pero quizá uno de los casos más emblemáticos en la Biblia sobre ignorar a Dios es la historia de Jonás. Dios le da la orden de ir a Nínive y llevar un mensaje: “Vino palabra de Jehová a Jonás hijo de Amitai, diciendo: Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y pregona contra ella; porque ha subido su maldad delante de mí” Jonás 1:1-2 (Reina-Valera 1960), sin embargo Jonás opta por IGNORAR a Dios y hace exactamente lo contrario, se va rumbo a un destino totalmente contrario a Nínive, decide ir a Tasis: “Y Jonás se levantó para huir de la presencia de Jehová a Tarsis, y descendió a Jope, y halló una nave que partía para Tarsis; y pagando su pasaje, entró en ella para irse con ellos a Tarsis, lejos de la presencia de Jehová” Jonás 1:3 (Reina-Valera 1960).

¿Cuántos de nosotros vamos rumbo a Tarsis mientras Dios nos quiere en Nínive?
A veces somos tan expertos en ignorar a Dios, pero los que realmente aman a Dios no se sentirán tranquilos ignorándolo, tendrán dentro de su corazón un sentir de estar haciendo mal, no se sentirán a gusto, habrá una incomodidad que no los deja tranquilos y tarde o temprano terminaran obedeciendo a Dios.
Pero por otra parte hay quienes en su afán de ignorar a Dios pierden toda sensibilidad espiritual y a pesar de estar haciendo mal no sienten incomodidad alguna de hacerlo, simplemente su constante deseo de ignorar lo que Dios está hablando a su vida los ha hecho edificar una falsa tranquilidad inducida por su insistente deseo de ignorar a Dios.
¿Dios ha estado hablando a tu vida estos últimos días, semanas o meses?, ¿Qué esperas para obedecerlo?, ¿Qué esperas para poner atención a sus palabras y llevar a cabo la tarea que te está encomendando?, ¿Cuánto tiempo más trataras de ignorar a Dios?
Hoy quiero invitarte a reflexionar, ¿Has estado ignorando a Dios?, ¿Ignorando su Palabra?, ¿Desobedeciendo a sus mandatos?, ¿Cuánto tiempo más esperaras para dejar de hacer eso que muy bien sabes que no te satisface?
Hoy puedes comenzar a poner atención y cuidado a la voz de Dios sobre tu vida, no puedes seguir más el camino que llevabas porque ese camino no te satisface, porque no es lo tuyo, porque no naciste para ignorar a Dios, porque Dios te doto de un corazón sensible y que cuando haces lo correcto te sientes feliz con Dios y contigo mismo.
Hoy puedes comenzar a reedificar aquella relación personal y de sensibilidad espiritual que tenías, aquella que se fue perdiendo a base de ignorar a Dios, pero que hoy comenzaras a reedificar nuevamente, porque Dios no se ha olvidado de ti, porque Dios siempre ha estado dispuesto a reedificar tu vida y hacer de ti aquel hombre o aquella mujer de mucho provecho para sus propósitos perfectos.
Dios quiere lo mejor para ti, por lo tanto comienza nuevamente desde el principio, construye una vida de oración constante, un hábito de lectura de la Biblia diaria, congrégate y sírvele al Señor, pero sobre todo vive cada minuto de tu diario vivir con la intención de agradar a Dios, que en tu mente siempre este presente el Señor y que hagas de Jesús el centro de tu vida.
¡Ya no ignores más a Dios! ¡Hoy es día de fijar tus ojos en Él!
Autor: Enrique Monterroza

viernes, 21 de marzo de 2014

Él ya sabe lo que va a hacer

Él ya sabe lo que va a hacerEra un episodio muy bonito, ver a miles de personas ir tras de Jesús y sobre todo ver al Maestro tomarse el tiempo de enseñarles pero sobre todo, ver como se preocupaba por su bienestar físico.
La gente seguía a Jesús porque habían sido testigos de los milagros y sanidades que había estado haciendo; la gente estaba muy emocionada y no quería otra cosa que seguir a Jesús. Me llama la atención la importancia que le da Jesús al bienestar físico de las personas que lo seguían.
 Es por eso le pregunto a Felipe: “Cuando Jesús vio que mucha gente venía hacia él, le preguntó a Felipe: —¿Dónde podemos comprar comida para tanta gente?” Juan 6:5 (Traducción en lenguaje actual).
Jesús se dio cuenta que la gente que en ese momento era fiel en seguirlo tenía hambre, y había una necesidad que suplir, por lo que pregunto a uno de sus discípulos el ¿Cómo iban a hacer?
Y es aquí en donde entra la parte que hoy en especial me llama la atención, el siguiente versículo lo explica muy bien: “Jesús ya sabía lo que iba a hacer, pero preguntó esto para ver qué decía su discípulo” Juan 6:6 (Traducción en lenguaje actual).
A Jesús le interesa saber lo que nosotros pensamos de cada asunto, y en momentos como estos en los que hay una gran multitud de personas a quienes alimentar, Jesús quería saber la opinión de uno de sus discípulos para encontrar una respuesta al problema que en ese momento se estaban enfrentando.
La respuesta de Felipe es muy parecida a lo que nosotros damos cuando nos vemos frente a los problemas: “Y Felipe respondió: —Ni trabajando doscientos días ganaría uno suficiente dinero para dar un poco de pan a tanta gente” Juan 6:7 (Traducción en lenguaje actual).
La respuesta de Felipe se basada en lo natural, lo humano, lo cotidiano, y es que no vamos a tildar a Felipe de hombre de poca fe, porque su respuesta fue terrenal. Quizá cualquier de nosotros hubiera respondido igual.
¿Qué solución hubiéramos dado nosotros a un problema como este?, seguramente nuestra respuesta hubiera sido similar o igual a la de Felipe. Antes de la respuesta de Felipe habíamos leído que: “Jesús ya sabía lo que iba a hacer, pero preguntó esto para ver qué decía su discípulo” Juan 6:6 (Traducción en lenguaje actual).
A veces en la vida nos enfrentaremos a situaciones o problemas que ameritaran una respuesta que no sea natural o terrenal, sino que sea sobrenatural.
En ese momento alimentar a como cinco mil hombres (sin incluir mujeres y niños), era algo que de momento y estando en ese lugar con las condiciones limitadas que se tenia era: IMPOSIBLE.
La respuesta de Felipe se basaba en lo natural, pero cuando lo natural no puede dar una respuesta, entonces entra en acción lo SOBRENATURAL, el mejor estilo de Dios.
Jesús sabia la respuesta, Él sabía lo que iba a hacer, pero a Él le importa lo que nosotros pensamos o creemos que pueda ser la solución, pero más allá de nuestros planes, pensamientos o ideas, debemos de saber de qué DIOS YA SABE LO QUE HARÁ.
Quizá te preguntaras: “Si Él ya sabía lo iba a hacer, ¿Para qué le pregunto?”, y es que a Dios también le interesa que podamos aprender de cada pregunta, y de cada respuesta. Jesús pregunto, Felipe respondió y para Felipe la solución era esa: “Tendría que trabajar más de 200 días para tal vez poder dar de alimentar un poco a todos”. Jesús quería mostrarle a sus discípulos que hay soluciones más allá de lo natural o terrenal, que hay momentos en los que no podemos depender de lo natural, sino que de lo SOBRENATURAL.
Jesús pregunto para que ellos valoraran aun más lo que estaban a punto de ver. Si la única respuesta al problema era trabajar mucho tiempo para tal vez dará un poco de alimento a todos, ¿Qué pasaría si de pronto de un instante a otro, Jesús daba de alimentar a todos?, lo que iba a pasar era que una vez más serian testigos del poder SOBRENATURAL de Dios y de cómo cuando lo natural no alcanza, lo sobrenatural si lo logra.
Andrés otro de sus discípulos, encontró que un niños tenía cinco panes de cebada y 2 pescados y se lo comento a Jesús y al mismo tiempo le hizo ver que no alcanzaría para repartirlos entre todos.
Entonces ocurrió unos de los milagros más impactantes de la historia: “Jesús, entonces, tomó los panes en sus manos y oró para dar gracias a Dios. Después, los repartió entre toda la gente, e hizo lo mismo con los pescados. Todos comieron cuanto quisieron” Juan 6:11 (Traducción en lenguaje actual).
Pasó lo que jamás paso por la mente de ningunos de los presentes o aun, por la mente de ninguno de los discípulos por más fe que tuvieran. Jesús nuevamente actuando a su mejor estilo, ese que nos sorprende pero que sobre todo satisface la necesidad humana.
Increíblemente los más de cinco mil personas que se encontraban allí comieron cuanto quisieron y aun después de lo que comieron sobro alimento, a lo cual Jesús ordeno a sus discípulos que recogieran lo sobrante para que no se desperdiciara: “Ellos obedecieron, y con lo que sobró llenaron doce canastos” Juan 6:13 (Traducción en lenguaje actual).
Un Dios Sobrenatural puede hacer lo que lo natural no puede lograr, esa es nuestra ventaja, tenemos a un Dios Todopoderoso que actúa de formas increíbles, para darnos lo que necesitamos.
Quizá en estos días estés viviendo un episodio de esos en los que piensas una y otra vez la solución a ese problema que estas enfrentando. Has hecho planes de cómo poder solucionarlo y quizá hasta has intentado solucionarlo según tus ideas o criterio, pero nada ha resultado.
Quizá te preguntas: ¿Cómo hare?, y la zozobra se ha apoderado de tu vida, porque por más que pienses una manera de poder solucionarlo, simplemente no encuentras cómo.
En esos momentos en donde nuestras ideas, planes, pensamientos y acciones no tienen ningún efecto, es cuando Dios entra en acción al mejor estilo de Él, actuando en lo SOBRENATURAL.
Dios ya sabe lo que hará en tu vida, Él ya sabe que milagro utilizara para que eso que se resiste a lo natural, no pueda resistir lo SOBRENATURAL de Dios.
¿Qué es lo que te abate que Dios no pueda hacer?, ¿Qué es lo que te quita el sueño que Dios no pueda transformar?, ¿Qué problema puede ser más grande que nuestro Dios Sobrenatural?
Hoy quiero invitarte a confiar plenamente en lo que Dios es capaz de hacer, porque para Él no hay nada que se pueda resistir. Si ya agotaste todas tus ideas y tus mejores planes y nada resulto, entonces: ¿Por qué no le das la oportunidad a Dios para que Él actué?, ¿Cómo?, simplemente depositando tu confianza total y plena en Él.
Dios jamás defrauda a los que en Él confían de corazón y con todo su ser.
Es momento de comenzar a confiar en lo que Dios es capaz de hacer, estoy seguro que lo que Dios hará será algo maravilloso y hasta sobrenatural, que sobrepasara tus expectativas y sobre todo será para tu bienestar.
DIOS YA SABE LO QUE VA A HACER
“Jesús ya sabía lo que iba a hacer…”Juan 6:6a (Traducción en lenguaje actual).


Autor: Enrique Monterroza

sábado, 15 de marzo de 2014

La Voz de la Naturaleza

La Voz de la NaturalezaY vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. (Gén. 1: 31)
Dios desea que nos recreemos en las cosas de su creación... Observa con gozo paternal el deleite de sus hijos en las bellas cosas que los rodean.
Mientras estuvo en la tierra el Redentor del mundo procuró presentar clara y sencillamente sus lecciones de instrucción, a fin de que todos las comprendieran; ¿y podremos sorprendernos de que eligiera el aire libre como su santuario, que deseara estar rodeado por las obras de su creación?
Tomó como lecciones las cosas que su propia mano había hecho. Veía en ellas más de lo que podían comprender las mentes finitas.
Las aves, que gorjeaban despreocupadamente sus cantos, las flores del valle resplandecientes en su belleza, los lirios que reposaban en su pureza en el seno del lago, los elevados árboles, la tierra cultivada, el trigo ondeante, la tierra estéril, el árbol que no dio fruto, las colinas eternas, los arroyos burbujeantes, el sol poniente, coloreando e iluminando los cielos, todos esos elementos empleaba para impresionar a sus oyentes con la verdad divina.
Relacionaba la obra de los dedos de Dios en los cielos y en la tierra con la Palabra de vida, De allí extraía lecciones de instrucción espiritual...
Las bellezas de la naturaleza tienen una lengua que nos habla sin cesar. El corazón abierto puede ser impresionado con el amor y la gloria de Dios y como se ven en las obras de sus manos.
El oído que escucha puede oír y entender lo que Dios dice por medio de las cosas de la naturaleza. Hay una lección en el rayo de sol, y en los diversos objetos de la naturaleza que Dios presenta a nuestra vista. Los verdes campos, los elevados árboles, los capullos y las flores, las nubes que pasan, la lluvia que cae, el murmurante arroyuelo, el sol, la luna y las estrellas del cielo: todo invita a nuestra atención y meditación y os manda que nos familiaricemos con aquel que lo hizo.
Porque así dijo Jehová , que creó los cielos; él es Dios, el que formó la tierra, el que la hizo y la compuso; no la creó en vano, para que fuese habitada la creó: Yo soy Jehová, y no hay otro. (Isa. 45: 18.)
Debido a la bondad de Dios hemos sido rodeados por innumerables bendiciones. Por doquiera hay pruebas de su amor. La naturaleza parece regocijarse delante de nosotros. Las bellas cosas del cielo y de la tierra expresan el amor y el favor del Señor de los ejércitos hacia los habitantes del mundo.
La luz del sol y la lluvia caen sobre buenos y malos. Las colinas, mares y planicies hablan elocuentemente al alma del hombre del amor del Creador. Es Dios quien hace florecer el capullo, quien convierte la flor en fruto, y es él quien suple todas nuestras necesidades diarias. No cae un gorrión sin que deje de advertirlo el Padre. Nuestra mente debiera elevarse en gratitud y adoración al Dador de toda dádiva y todo don perfecto.
Debiéramos enseñar a nuestros hijos que consideren las obras de Dios.
Debieran ser instruidos en su amor, en la provisión que él ha hecho para su salvación. Guíeselos para que entreguen su joven corazón como una ofrenda de gratitud, con amor fragante a Aquel que murió por ellos. Señálese la atrayente belleza de la tierra, hábleseles del mundo venidero que nunca conocerá la plaga del pecado y de la muerte, donde el rostro de la naturaleza no llevará más la sombra de la maldición.
Conducid sus jóvenes mentes para que contemplen las glorias de la recompensa que aguarda a los hijos de Dios. Cultivad las facultades de su imaginación describiendo el esplendor de la tierra nueva y la ciudad de Dios; y cuando estén encantados con la perspectiva, decidles que será más gloriosa que lo que pueda pintar su más brillante imaginación

Extracto sacado de: "A Fin de conocerle" (E.G. White) Pag 146

sábado, 8 de marzo de 2014

El padre, el hijo y el burro

Hazlo todo para la Gloria de Dios: El padre, el hijo y el burroLa vida de un obrero de Cristo no es fácil. Hay veces, sobre todo para los jóvenes que lideran, que se sienten criticados hagan lo que hagan, y pareciera que la gente siempre tiende a lanzar palabras de reproche, antes que palabras de ánimo.
Para todas aquellas personas que se sientan así, os traemos un relato sacado del libro "El Conde Lucanor", escrito por el español Don Juan Manuel, allá por el año 1335.
En ella, el Conde Lucanor pide opinión a su sabio consejero Patronio. El relato se titula "El padre, el hijo y el burro".

EL PADRE, EL HIJO Y EL BURRO
LUCANOR: ¡Patronio! Tú que siempre me has aconsejado con sabiduría y prudencia, escúchame con atención y dime luego lo que te parece mejor que haga.
PATRONIO: Hablad, señor Lucanor, que yo os prometo aconsejaros según mi entendimiento y mi conciencia me dicten.
LUCANOR: Es el caso, Patronio, que yo me esfuerzo día y noche en servir a mi pueblo, pero por más que hago, nunca consigo su aprobación. Ya actúe de una manera, ya de la contraria, siempre soy criticado. Esto me trae desde hace unos días inquieto y confundido, pues pienso que no sirvo para gobernar. ¿Qué piensas tú de esto?
PATRONIO: Lo que has dicho, señor, me trae a la memoria lo que sucedió a dos labradores cuando iban en un burro a la feria.
LUCANOR: ¿Cómo fue eso?
PATRONIO: He aquí el cuento. Iban una vez dos labradores, padre e hijo, a la feria con un burro. El padre iba montado en el burro, y el hijo a pie. Y sucedió que, pasando por un pueblo…
HOMBRE 1: ¡Fíjate qué padre desnaturalizado! Su pobre hijo a pie él tan campante, montado en su jumento.
EL PADRE: Hijo, será mejor que montes tú y vaya yo a pie...
PATRONIO: Pero sucedió que, pasando por otro pueblo…
HOMBRE 2: ¡Qué barbaridad!, ¿Has visto alguna vez tal falta de consideración? ¡El pobre viejo a pie y el joven cabalgando en el burro, tan tranquilo! La verdad es que no sé cómo no le da vergüenza
EL HIJO: Padre, ¿qué te parece si montamos los dos?
EL PADRE: Sí hijo; creo que es una buena idea.
PATRONIO: Así pues lo hicieron. Y de este modo montados los dos en el burro, pasaron por otro pueblo y…
HOMBRE 3: A eso le llamo yo tener compasión. ¡Un burro tan flaco y esos dos montados en él, con lo gordos que están! ¡Qué cosas se ven en el mundo!
EL PADRE: ¿Qué te parece si fuéramos los dos a pie?
EL HIJO: Sí, creo que es lo más prudente.
PATRONIO: Desmontaron los dos y pasaron al fin por otro pueblo…
HOMBRE 4: ¡Fíjate! Ésos dos a pie y el burro detrás, tan campante! En verdad, no se sabe cuál es el más burro de los tres...
EL PADRE: ¿Tú entiendes esto, hijo mío?
EL HIJO: Yo qué he de entender, ¡padre! Sólo nos falta llevar el burro a costillas, y aun así me parece que no daremos gusto a la gente....
PATRONIO: Este cuento, señor conde Lucanor, le enseñará que lo mejor es que haga las cosas según su conciencia, sin hacer caso de la opinión de los demás.

CONCLUSIÓN
Si sientes que tu trabajo no es valorado, si crees que hagas lo que hagas la gente siempre tiene palabras de crítica para tí, no olvides que no estás trabajando para los hombres, sino para el Rey de Reyes.
"Y todo lo que hagáis,  hacedlo de corazón,  como para el Señor y no para los hombres;"Colosenses 3:23
Recuerda que Dios siempre valorará cada gota de sudor derramada, cada minuto invertido, y cada acción hecha para él. No hagas caso de otras voces, y escucha solamente la voz de tu jefe, el gran Dios de los cielos, porque él es el que te recompensará por tu esfuerzo.
"Y todo lo que hacéis,  sea de palabra o de hecho,  hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús,  dando gracias a Dios Padre por medio de él." Colosenses 3:17
Trabajar para Dios nunca es en vano, y nunca queda sin recompensa. Si hacemos las cosas de corazón, cada acto nuestro será un acto de amor a Dios.
"Si,  pues,  coméis o bebéis,  o hacéis otra cosa,  hacedlo todo para la gloria de Dios." 1 Corintios 10:31
¡No te dejes desanimar por otras voces! ¡ Manten la cabeza bien alta y di "Esto lo hago por ti mi Señor, y por nadie más"
Autor: Nicolás A.