Apuntes de Profecía
"He visto el tierno amor de Dios por su pueblo, y es muy grande. Vi
ángeles que extendían sus alas sobre los santos. Cada santo tenía su ángel
custodio. Si los santos lloraban desalentados o estaban en peligro, los ángeles
que sin cesar los asistían, volaban con presteza a llevar la noticia, y los
ángeles de la ciudad cesaban de cantar. Entonces Jesús comisionaba a otro ángel
para que bajase a alentarlos, vigilarlos y procurar que no se apartaran del
sendero estrecho; pero si los santos desdeñaban el vigilante cuidado de
aquellos ángeles, rechazaban su consuelo y seguían extraviados, los ángeles se
entristecían y lloraban. Llevaban allá arriba la noticia, y todos los ángeles
de la ciudad se echaban a llorar y en alta voz decían: "Amén." Pero
si los santos fijaban los ojos en el premió que los aguardaba y glorificaban a
Dios en alabanza, entonces los ángeles llevaban a la ciudad la grata nueva, y
los ángeles de la ciudad tañían sus áureas arpas, y cantaban en alta voz:
"¡Aleluya!" y por las bóvedas celestes repercutían sus hermosos
cánticos".
(Primeros Escritos, Pág. 39)
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