sábado, 22 de diciembre de 2012

Un regalo especial de Navidad

Un regalo especial de NavidadDesde antes de diciembre, los supermercados y los centros comerciales ya nos hacen pensar “¡La Navidad está a punto de llegar! ¡Preparaos gente!"
A muchas personas, las navidades les traen muchos recuerdos de la infancia. A otros estas fechas les producen agitación, porque para ellos el período supuestamente “más tranquilo del año” en realidad es el período de más trabajo y agitación que tienen.
Pero aquí hay una cosa que pasa desapercibida y es el hecho de que todo el mundo piensa en el nacimiento de Jesús sin darse cuenta de que él es el único quién se queda con ‘las manos vacias’.
En este artículo reflexionaremos sobre qué podemos regalarle a Jesús.

Lo que paso en aquel entonces 
El nacimiento de Jesus fue un acontecimiento muy importante y con gran trascendencia.
La completa Historia de la Humanidad se parte en el tiempo antes y después de Cristo. Aún hoy en día la mayor parte del mundo sigue dirigiéndose por esta forma de contar los años.
Fue Dios mismo que através de Jesús entró en contacto con nosotros los humanos. La Biblia lo relata con palabras sencillas: “Pero cuando se cumplió el tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la ley.” Gálatas 4,4 (NVI)
Mucho despues Jesús les dijo a sus discípulos una vez: “Si ustedes realmente me conocieran, conocerían también a mi Padre.” Juan 14,6
Nunca antes Dios había sido representado de forma tan comprensible y cercana al hombre, como en los años, en los cuales Jesus vivió en la tierra. Aún así alguna vez cometemos el error de pensar que  Jesús es aún un niño que junto a sus pobres padres no encontraron nada mejor que un establo, el cual les pudiera servir de alojamiento.
Cuando pensamos en Navidad y en el Israel antiguo, la mayoría de la gente piensa en la busqueda de un albergue, en los pastores del campo, en el bebé recién nacido y en los regalos de los Reyes Magos.
Estos últimos nos animan a hacernos regalos los unos a los otros también.
Pero aquí hay una cosa que pasa desapercibida y que es que el hecho de que todo el mundo piensa en el nacimiento de Jesús sin darse cuenta de que él es el único quién se queda con ‘las manos vacias’.
Mientras que los demás celebrando la fiesta se obsequian unos a los otros, no les queda nada para Jesús – quien en realidad es la única razon de esta celebración. Pero ¿qué le podríamos regalar a Jesús en su cumpleaños? 
 

¿Un regalo para Jesús?
Ya que es bastante dificil encontrar un regalo para los amigos, ¡imagina cómo debe ser encontrar un regalo para Jesús!.
¿Cómo buscar un regalo para Jesús y cuanto pagaríamos por él?
Dejemos una cosa clara: Jesús ya no es el pequeño bebé del belén.
Tenemos que tener eso en cuenta a la hora de buscarle un regalo a Jesús. A lo mejor no es mala idea reflexionar sobre lo que nos ha regalado Jesús. Eso podría ser un punto de partida muy bueno.
La vida de Jesús deja claro el verdadero carácter del Dios de los cielos y también cómo podría ser nuestro planeta, si siguiéramos su ejemplo: El odio, la envidia y la violencia serían sustituidos  por el amor, la compasión y la paz.
Pero Jesús no solamente nos muestra cómo es Dios y cómo actua, sino que además nos enseña que él estuvo dispuesto a tomar nuestra culpa y nuestro castigo sobre sí mismo, para dar su vida en la cruz por nosotros"
Segun dice la biblia, todos estamos “„vendidos como esclavos al pecado.” Romanos 7:14
Con ello todos somos candidatos de la muerte.  Pero Jesús murió en nuestro lugar, para algún día darnos el regalo más grande con el cual mucha gente está soñando: La vida eterna!
Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.” Juan 3:16
¿Qué podemos entonces regalarle a él? La verdad es que vamos mal. Dentro de nuestros corazones se hallan la envidia, el enojo y el egoísmo. Todo eso no encaja con la imagen que tenemos de Jesús.
Quizás en estas fiestas podamos regalar a Jesús nuestro amor.
Pero el amor no viene solo con desearlo. El amor crece donde se dedica atención – y eso, sobre todo, necesita tiempo. Ese tiempo es lo más personal y el  único regalo con valor verdadero que le podemos dar a Dios... De esta forma podremos llegar a conocerlo verdaderamente.
Si hacemos esto, En realidad seremos nosotros los que terminaremos siendo obsequiados. Jesús vendrá pronto, él nos lo pormetió. Si nosotros confiamos en él, esta será la fiesta más grande y el regalo más hermoso.

La gente sueña con vivir feliz por siempre. Sin enfermedades ni sufrimiento.
Esos sueños pueden llegar a ser realidad, porque Jesucristo les traerá a sus hijos este maravilloso regalo.
La Biblia lo describe en palabras muy senciallas pero conmovedoras: “...Él les enjugará toda lágrima de los ojos. Ya no habrá muerte, ni llanto, ni lamento ni dolor...Yo hago nuevas todas las cosas” (Apocalipsis 21:4,5)
¡Yo estoy deseando que llegue este regalo! ¿Y tú?
Autor: Pierre Intering, Con permiso de la editorial.
Traducción: Regina Peters.

viernes, 7 de diciembre de 2012

El Hogar de los que estarán con Jesús

El Hogar de los que quieren estar con JesúsUn profesor de tercer grado contó: “Les pedí a los niños hoy que me hicieran un ensayo sobre el cielo, escuche lo que uno de ellos escribió: “El cielo tiene tres pisos y un bajo. El suelo son las nubes. Dios duerme en los primeros dos pisos, y papá Noel, con sus renos y juguetes vive en el tercer piso.”
Ocurre con fecuencia, que los adultos también tienen ideas y conceptos erroneos acerca del Cielo: Muchos creen que es un campo de nubes donde tocaremos el arpa eternamente.
Millones de personas apenas conocen nada sobre el cielo, excepto que está arriba, y que San Pedro está vigilando la puerta de entrada. Como la única fuente de información que tenemos sobre el cielo es la Biblia, allí es donde debemos acudir para saber cómo es.

Más que un arpa y una nube
1. ¿Qué planeta será el hogar de los salvos?
"Porque los malignos serán destruidos,Pero los que esperan en Jehová, ellos heredarán la tierra." Salmos 37:9
"Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad."Mateo 5:5
Por supuesto esta no será la tierra en su presente deformidad, condición pecadora, sino una nueva “donde habita la justicia” (2ª Pedro 10: 10-13).

Pero, dirá usted, ¿no dijo Pablo que seríamos elevados para encontrarnos con el Señor en aire? (1ª Tesalonicenses 4:17). ¿No prometió Cristo regresar de nuevo y llevarnos a las mansiones que está preparando para nosotros? (Juan 14:1-3). Sí, Jesús regresará a esta tierra por segunda vez. Los justos vivos serán transformados y los santos que duermen vendrán a vida. Juntos se encontrarán con el Señor en el aire.
¡Pero este será un viaje por el espacio de ida y vuelta! La Biblia dice que Jesús nos llevará al cielo, para habitar con él, pero solamente durante un tiempo de mil años, tras lo cual Dios establecerá su nuevo Reino en la tierra restaurada. ¡En este mismo planeta!. (Apocalipsis 21:1-5)
Después de pasar mil años con Dios en el paraíso, volverán en la ciudad santa, la cual se convertirá en la capital de la nueva tierra que Dios creará para su residencia permanente (Apocalipsis 21:1-3).
2. ¿Cuán reales serán este nuevo cielo y nueva tierra? ¿Qué actividades llevaremos a cabo?
"Edificarán casas, y morarán en ellas; plantarán viñas, y comerán el fruto de ellas. No edificarán para que otro habite, ni plantarán para que otro coma; porque según los días de los árboles serán los días de mi pueblo, y mis escogidos disfrutarán la obra de sus manos."Isaias 65:21-22

¿Qué les parece eso? Una variedad sin fin de labores satisfactorias, ¡ninguna en vano! “Cada Facultad se desarrollará, cada capacidad será incrementada. La adquisición de conocimiento no cansará la mente ni agotará las energías. Allí, las empresas más grandes se podrán llevar a cabo, las más altas aspiraciones se alcanzarán, las más grandes ambiciones se realizarán; y aún se levantarán nuevas metas que alcanzar […] nuevas verdades que comprender” (E. G. White, el Conflicto de los Siglos, p. 677 versión inglesa).

3. ¿Qué sobre su belleza?
"Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman." 1 corintios 2:9
¿Se puede imaginar una ciudad de unos 600 Km. cuadrados? ¡Necesitará una gran pista de aterrizaje!

¿Se ha dado cuenta alguna vez de que lo que la Biblia más menciona es lo que allí no se va a encontrar? ¿Por qué ese énfasis tan negativo? ¿Se podría deber a que Dios tiene limitaciones serias a la hora de describirlo en términos humanos? ¿Cómo le explicaría usted a un esquimal lo que es una isla tropical?
Podría comenzar con la descripción de una palmera, pero, ¿qué entendería un hombre que todo lo que conoce es agua congelada? Seguramente se sorprendería a usted mismo diciendo: “Allí no hay osos polares, las temperaturas no hielan, no hay nieve ni hielo, no hay necesidad de cazar animales para comer y vestirse”.
La falta de conocimiento sobre clima tropical le llevaría a explicar con negativos. No es sorprendente que cuando Dios tiene que explicar lo que es el cielo, sólo pueda decir: “Lo que ojo no vio ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las cosas que Dios ha preparado para los que le aman” (1ª Cor. 2:9). Vamos a considerar alguna de esas negaciones, pues son muy reveladoras.

4. ¿Qué no existirá más en el cielo?
"Vi un cielo nuevo y una tierra nueva;  porque el primer cielo y la primera tierra pasaron,  y el mar ya no existía más." Apocalipsis 21:1

Exiliado en la isla de Patmos, sin duda alguna Juan observaba a menudo las olas incesantes que le separaban de sus seres queridos. Quizás sea eso por lo que primero se dio cuanta de que allí no hay mar, ¡nada que separe!


“Y ya no habrá más muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor, por que las primeras cosas ya pasaron”. Apocalipsis 21:4.
“Ya no tendrán hambre ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni calor alguno; porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos.”Apocalipsis 7:16, 17

“No dirá el morador: estoy enfermo” (Isaías 33:24). “Correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán”(Isaías 40:31). 
El ciego verá, el sordo oirá, el cojo andará, y la lengua del mudo cantará (Isaías 35:5, 6). ¡Sí, todos los defectos quedaron atrás! También quedaron atrás todo lo que quita la vida, el gozo o la belleza. ¿Algún problema en aceptar eso? Todas esas cosas son “negativas”, “no habrá esto, ni lo otro...”, ¡pero cómo nos ayudan a buscar ese día!


5. ¿Nos reconoceremos los unos a los otros en el cielo?
"Y os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente,  y se sentarán con Abraham e Isaac y Jacob en el reino de los cielos;" Mateo 8:11
"Ahora vemos por espejo,  oscuramente;  mas entonces veremos cara a cara.  Ahora conozco en parte;  pero entonces conoceré como fui conocido." 1 Corintios 13:12

6. ¿A quién se parecerán los redimidos?
"Amados,  ahora somos hijos de Dios,  y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser;  pero sabemos que cuando él se manifieste,  seremos semejantes a él,  porque le veremos tal como él es." 1 Juan 3:2

Nuestros cuerpos serán (Filipenses 3:21)
"el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra,  para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya,  por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas."

Después de la resurrección Jesús se apreció a sus discípulos. “Mirad mis manos y mis pies”, dijo Él (Lucas 24:39). Seremos tan reales como Cristo lo era después de su resurrección.

7. Y lo mejor de todo, ¿quién estará con nosotros en el cielo? (Apocalipsis 21:3) "...y Dios mismo estará con ellos como su Dios"
Fanny Crosby, la poetisa ciega, dijo una vez: “Si a la hora de nacer me hubiese sido posible hacer una petición, habría pedido nacer ciega”.

“¿Porqué?”, preguntó su amigo sorprendido. “Por que cuando vaya al cielo la primera cara que veré será la de mi Salvador.”
"Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas,  ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios,  en el cual los cielos,  encendiéndose,  serán deshechos,  y los elementos,  siendo quemados,  se fundirán!" 2 Pedro 3:11-12 

Un ministro del evangelio le estaba pidiendo a Dan que rindiera su vida al Señor Jesús. “No se preocupe por mí, señor”, dijo sin pensarlo, “me colaré en el cielo algún día con la multitud”.

Mirando solemnemente a los ojos del joven, replicó el ministro: “Hijo mío, si te cuelas entre la multitud, donde te meterás será en otro sitio, no en el cielo, porque la Biblia dice: “Ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; Porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida y pocos son los que la hallan” (Mateo 7: 13, 14).

Se cuenta la historia de una americana que visitó a un gran escritor inglés. Dándose cuenta de que todo lo que tenía en su habitación era una cama, una mesa y una silla, ella preguntó: “Señor, ¿dónde están sus muebles?”

El escritor replicó con otra pregunta: “¿Dónde están los tuyos?”

“Pero señor, sólo estoy de visita”.

“Yo también”, fue su respuesta.

Sí, sólo somos peregrinos en esta tierra. Así que, sabiendo esto, puedo caminar felizmente por esta vida, mirando adelante hacia una tierra mejor.

¿Me acompañas?

sábado, 17 de noviembre de 2012

Cómo temer a Dios sin tener miedo

Cómo temer a Dios sin tener miedo"¡Temed a Dios, y dadle gloria!" (Apocalipsis 14:7)
Cuando Dios nos creó, también incorporó en nuestro organismo un sistema de alarma para protegernos del peligro y el dolor. Uno de los sensores primarios de este sistema es la emoción de miedo, que funciona como una luz de advertencia similar a las luces del tablero de un automóvil.
Lamentablemente, un enemigo ha dañado este sistema de alarma interno, por lo cual muchas personas son incapaces de distinguir los “buenos temores” (miedos sanos) de los “malos temores” (miedos malsanos).
Cuando nuestro sistema de alarma suena constantemente, perdemos la habilidad de filtrar las falsas alarmas. Satanás saca provecho de este funcionamiento defectuoso, procurando mantenernos aprisionados por medio de distorsiones de nuestro sentido de la realidad y haciéndonos sufrir temores falsos: ansiedad, nerviosismo, aprehensión, preocupación, desánimo, susto, pavor, pánico o terror. No es de sorprenderse que en más de 300 lugares la Biblia nos dice: “No temas”. Pero, ¿cómo debemos entender los mandatos bíblicos de “temer a Dios” y a la vez “no temer”? Repasemos lo que nos dice el Señor en su Palabra para resolver esta paradoja.
 
El “temor de Dios” es un temor saludable
Considera los siguientes pasajes de las Escrituras:
  • “‘Y haré con ellos pacto eterno, que no me volveré atrás de hacerles bien, y pondré mi temor en el corazón de ellos, para que no se aparten de mí. Y me alegraré con ellos haciéndoles bien, y los plantaré en esta tierra en verdad, de todo mi corazón y de toda mi alma’” (Jeremías 32:40, 41).
  • “¡Quién diera que tuviesen tal corazón, que me temiesen y guardasen todos los días todos mis mandamientos, para que a ellos y a sus hijos les fuese bien para siempre!” (Deuteronomio 5:29).
    • “Busqué a Jehová, y él me oyó, y me libró de todos mis temores.... Temed a Jehová, vosotros sus santos, pues nada falta a los que le temen....Venid, hijos, oídme; el temor de Jehová os enseñaré” (Salmo 34:4, 9,11).
  • En el monte Sinaí, Dios habló mediante Moisés al pueblo: “‘No temáis; porque para probaros vino Dios, y para que su temor esté delante de vosotros, para que no pequéis’” (Éxodo 20:20).
Reflexiona también sobre estos textos:
  • “Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios” (2 Corintios 7:1).
  • “¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!” (Hebreos 10:31).
  • “Conociendo, pues, el temor del Señor, persuadimos a los hombres” (2 Corintios 5:11).

Viviendo con una paradoja
¿Es posible vivir en una paradoja en la cual dos afirmaciones que aparentemente se excluyen son ambas verdad? Mike Yaconelli, fundador del programa cristiano Youth Specialties, se refirió de la siguiente manera a esta paradoja, a las dos caras del temor:
“La tragedia de la fe moderna es que ya no somos capaces de sentir terror. No tememos a Dios, ni a Jesús, ni al Espíritu Santo. Como resultado, nos hemos quedado con un evangelio centrado en necesidades personales que atrae a miles de personas... pero que no transforma a nadie.... Creo que la iglesia debe convertirse nuevamente en un lugar en el que experimentamos terror; un lugar donde Dios continuamente tenga que decirnos ‘No temas’; un lugar donde nuestra relación con Dios no sea una simple creencia, doctrina o teología, sino que sea la presencia ardiente de Dios en nuestras vidas. Sugiero que el Dios domesticado y ‘relevante’ vuelva a ser el Dios cuya sola presencia hace pedazos nuestro ego, incinera nuestro pecado hasta convertirlo en cenizas y nos despoja dejándonos desnudos, para revelar la persona real que somos en nuestro interior.... La iglesia necesita convertirse en un lugar gloriosamente peligroso donde nada está seguro en la presencia de Dios, excepto nosotros. Nada, incluyendo nuestros planes, nuestra agenda, nuestras prioridades, nuestra política, nuestro dinero, nuestra seguridad, nuestra comodidad, nuestras posesiones, nuestras necesidades.... Nuestro mundo anhela observar a gente cuyo Dios es grande y santo; aterrador y tierno como el nuestro; un Dios cuyo amor nos lleva atemorizados a sus brazos fuertes y poderosos, donde él pueda susurrarnos las estremecedoras palabras: ‘Te amo’”. 2
El temor a Dios es una parte integral de la gracia de Dios. John Newton, autor del himno “Amazing Grace” captó esta realidad cuando escribió: “Fue la gracia la que le enseñó a mi corazón a temer, y también la gracia la que alivió mi temor”.
 
El “temor a Dios” nos protege de temores enfermizos
Es natural que disminuyamos la velocidad de nuestro vehículo cuando observamos un terrible accidente en la carretera. Pero no era el plan del Creador que viviéramos en un estado de perpetua preocupación y miedo, como nuestra principal protección contra el peligro. A través de su gracia, Dios quiere reparar nuestra alarma interna para que, en las palabras de Oswald Chambers, sepamos que cuando “temes a Dios, no le temes a nada más; mientras que si no temes a Dios, le temes a todo lo demás”. 3
El vivir bajo el manto de la gracia de Dios nos permite distinguir las falsas alarmas. Una de esas falsas alarmas es el temor a los eventos de los últimos días de la historia humana, el tiempo de tribulación (Marcos 13:19; Lucas 21:25). Si hasta este momento has creído, tal vez involuntariamente, que el temor al inminente tiempo de tribulación es una de tus principales armas de defensa contra los engaños de los últimos días, entonces Satanás realmente te ha engañado. Si le tememos a todo menos a Dios, estamos equivocados. Dios es el único en el universo digno de ser temido.
Los temores enfermizos nos encadenan, nos oprimen y nos impiden avanzar, crecer y convertirnos en la persona que Dios desea que seamos. ¡Cuánto perdemos por causa de nuestros temores innecesarios! Sin duda, las personas desconfiadas y temerosas son más propensas a los engaños que las personas que confían, porque están aprisionadas por sus propios temores.

Satanás emplea los miedos enfermizos
El enemigo está continuamente buscando oportunidades para sacar ventaja de los miedos que podamos experimentar. Mediante cada temor procura que desviemos la mirada de nuestro Padre Celestial, sugiriendo que Dios no es lo suficientemente bueno, poderoso o capaz de resolver nuestras dificultades específicas. Acto seguido sugerirá que le busquemos solución a nuestros problemas por nuestra cuenta porque, después de todo, no podemos confiar en Dios ya que no está atento a nuestras dificultades.
Cuando no tememos a Dios, tendremos temor de todo lo demás. Cuando cedemos ante tales temores:
  • Declaramos que Dios no es más grande que nuestras dificultades.
  • Rechazamos el hecho de que Dios es más poderoso que Satanás.
  • Abandonamos nuestra convicción de que Jesús está siempre con nosotros.
  • Alegramos a Satanás por nuestra falta de confianza en Dios.
  • Deshonramos a Dios con nuestra carencia de fe.
  • Abandonamos la certeza de que Jesús es capaz de satisfacer nuestras más profundas necesidades.
  • Vemos al mundo con ojos meramente humanos.
  • Abrimos la puerta a falsos dioses que nosotros mismos fabricamos.
John Ortberg describe el temor malsano de esta manera: “Este temor nos susurra que Dios no es lo suficientemente grande como para cuidar de nosotros. Nos dice que no estamos verdaderamente seguros en sus manos. Nos hace distorsionar la manera en que pensamos acerca de él.... El miedo ha creado más herejes de lo que jamás haya suscitado la mala teología, puesto que nos hace vivir como si sirviéramos a un Dios limitado, finito, cuasi-ausente y semi-competente”. 4
Cuando creemos que nuestros miedos son demasiado grandes para que Dios los atienda, sentamos las bases de la idolatría, lo que nos lleva a crear dioses falsos que esperamos resuelvan nuestros problemas en vez de volvernos a Dios. Por otra parte, el sano temor a Dios como respuesta a su evangelio eterno es uno de las mejores defensas contra los engaños que el enemigo presentará en los últimos días.
El temer a Dios nos permite tener una relación de corazón a corazón; una íntima y cercana comunión con nuestro Creador. Al alabarlo y adorarlo, descubriremos que quiere aliviarnos de todas nuestras cargas, calmar todos nuestros temores, y darnos paz y reposo verdaderos. “Mas yo, por la abundancia de tu misericordia, entraré en tu casa; adoraré hacia tu santo templo con temor” (Salmo 5:7).
Entonces, la próxima vez que sientas miedo, recuerda lo que dijo el salmista: “En el día en que temo, yo en ti confío.... En Dios he confiado; no temeré. ¿Qué puede hacerme el hombre?” (Salmo 56:3, 11).

Autor: Ervin K. Thomsen
 
Referencias: 
1. Apocalipsis 14:7. Las citas bíblicas provienen de la versión Reina Valera revisada en 1960. 2. Mike Yaconelli, http://www.youthspecialties.com/articles/Yaconelli/fear.php3. Oswald Chambers, Run This Race: The Complete Works of Oswald Chambers (Grand Rapids, Michigan: Discovery House Publishers, 2000). Lectura devocional para el 23 de agosto. 4. John Ortberg, If You Want to Walk on Water, You’ve Got to Get Out of the Boat (Grand Rapids, Michigan: Zondervan Publ. House, 2001), p. 43.